El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha negado tajantemente este miércoles que su Gobierno mantenga algún tipo de diálogo con el crimen organizado, aunque sí ha abierto la puerta a un "proceso de paz" que pueda poner fin a la violencia en el país.
"No se tiene diálogo con integrantes de las bandas del crimen organizado", ha indicado López Obrador durante su rueda de prensa diaria, después de que unas declaraciones realizadas por la secretaria de Gobernación hubieran dado a entender lo contrario y generado polémica.
"Lo que hay es un planteamiento de buscar un proceso de paz en el país con la participación de todos", ha aclarado el mandatario, si bien se trata de "un proceso que aún no iniciamos". En todo caso, ha dejado claro que habrá que escuchar "a todos y desde luego a las víctimas". " "No se puede hacer nada si no se tiene la anuencia de las víctimas", ha recalcado.
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dijo el martes que funcionarios de su ministerio se habían en algunas zonas de los estados de Guerrero, Tamaulipas y Michoacán "con grupos que se han estado combatiendo unos contra otros y ahora han expresado su intención de desarmarse".
La Secretaría de Gobernación aclaró posteriormente que su titular se refería a las autodefensas. En declaraciones a una emisora de radio este miércoles, Sánchez Cordero ha confirmado este extremo: "El gobierno no dialoga con grupos del crimen organizado sino con grupos que tomaron las armas para defenderse".
Así las cosas, López Obrador ha asegurado igualmente que su Gobierno no va a "promover nada que signifique la autodefensa". "Lo que hicieron los gobiernos pasados fue indebido, porque la seguridad pública la tiene que garantizar el Estado", ha defendido, subrayando que "eso ni funciona y genera mucho desorden".